Guerra de la Independencia Española
Guerra de la Independencia Española | |||
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Guerras Napoleónicas | |||
La carga de los mamelucos de Francisco de Goya, ilustra uno de los episodios del levantamiento popular del 2 de mayo de 1808 que desembocaría en la Guerra de la Independencia Española. | |||
Fecha | 2 de mayo de 1808 – 17 de abril de 1814 | ||
Lugar | Península Ibérica | ||
Resultado | Victoria decisiva aliada | ||
Consecuencias | Tratado de Valençay: expulsión del ejército francés y restablecimiento en el trono español de Fernando VII | ||
Beligerantes | |||
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Comandantes | |||
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La Guerra de la Independencia Española (1808-1814) fue unenfrentamiento militar entre España y el Primer Imperio Francés, parte de lasGuerras Napoleónicas, provocado por la pretensión de Napoleón de instalar en el trono español a su hermano José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona, motivadas por la querella entre Carlos IV de España y su hijo y heredero Fernando VII, orquestada por los franceses, que se inició con elProceso de El Escorial y culminó con el Motín de Aranjuez.
La Guerra de Independencia, también conocida en español como lafrancesada,1 Guerra Peninsular,2 Guerra de España,2 Guerra del Francés,2 Guerra de los Seis Años,2 y el Levantamiento y revolución de los españoles,2 se solapa y confunde con lo que la historiografía anglosajona llama Guerra Peninsular (Peninsular War), iniciada en 1807 al declararle Francia y España la guerra a Portugal, tradicional aliado del Reino Unido. También tuvo un importante componente de guerra civil a nivel nacional entreafrancesados y patriotas. El conflicto se desarrolló en plena crisis del Antiguo Régimen y sobre un complejo trasfondo de profundos cambios sociales y políticos impulsados por el surgimiento de la identidad nacional española y la influencia en el campo de los «patriotas» de algunos de los ideales nacidos de la Ilustración y la Revolución francesa, paradójicamente difundidos por la élite de los afrancesados.
Según el tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), el primer MinistroManuel Godoy preveía, de cara a una nueva invasión hispanofrancesa dePortugal, el apoyo logístico necesario al tránsito de las tropas imperiales. Bajo el mando del general Jean-Andoche Junot, las tropas francesas entraron en España el 18 de octubre de 1807, cruzando su territorio a toda marcha en invierno, y de llegar a la frontera con Portugal, el 20 de noviembre. Sin embargo, los planes de Napoléon iban más allá, y sus tropas fueron tomando posiciones en importantes ciudades y plazas fuertes con objeto de derrocar a la Casa de Borbón y suplantarla por su propia dinastía, convencido de contar con el apoyo popular.
El resentimiento de la población por las exigencias de manutención de las tropas extranjeras, que dio lugar a numerosos incidentes y episodios de violencia, junto con la fuerte inestabilidad política surgida tras el motín de Aranjuez y el ascenso al poder de Fernando VII, precipitó los acontecimientos que desembocaron en los primeros levantamientos en el norte de España y laJornada del 2 de mayo de 1808 en Madrid. La difusión de las noticias de la brutal represión, inmortalizada en las obras de Francisco de Goya, y de lasabdicaciones de Bayona del 5 y 9 de mayo, que extendieron por la geografía española el llamamiento, iniciado en Móstoles, a enfrentarse con las tropas imperiales, decidieron la guerra por la vía de la presión popular a pesar de la actitud contraria de la Junta de Gobierno designada por Fernando VII.
La guerra se desarrolló en varias fases en las que ambos bandos tomaron sucesivamente la iniciativa, y se destacó por el surgimiento del fenómeno guerrillero que, junto con los ejércitos regulares aliados dirigidos por Arthur Wellesley, duque de Wellington, provocaron el desgaste progresivo de las fuerzas bonapartistas. La población civil, que padeció los efectos de una guerra total, en la que tanto franceses como los aliados se cebaron con la población y objetivos civiles, saqueando y pillando a gran escala y devastando, por ejemplo, la industria española, considerada una amenaza para sus respectivos intereses.3 Los primeros éxitos de las fuerzas españolas en la primavera y el verano de 1808, con la batalla del Bruch, la resistencia de Zaragoza y Valencia y, en particular, la sonada victoria de Bailén, provocaron la evacuación de Portugal y retirada francesa al norte del Ebro, seguida en el otoño de 1808 por la entrada de la Grande Armée, encabezada por el propio Napoleón, que culminó el máximo despliegue francés hasta mediados de 1812. La retirada de efectivos con destino a la campaña de Rusia fue aprovechada por los aliados para retomar la iniciativa a partir de su victoria en la Batalla de los Arapiles (22 de julio de 1812) y, contrarrestando la ofensiva francesa, avanzar a lo largo de 1813 hasta Pirineos, derrotando a los franceses en las batallas de Vitoria (21 de junio) y San Marcial (31 de agosto). El tratado de Valençay (11 de diciembre de 1813) restauró a Fernando VII y dejaba a España libre de la presencia extranjera, pero no evitó la invasión del territorio francés, siendo la batalla de Toulouse (10 de abril de 1814), el último enfrentamiento de la guerra. Refiriéndose a la guerra de independencia española, Napoleón I, en su exilio, declaró:
Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido.Fraser, Ronald: La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la Independencia, 1808–1814.4
En el terreno socioeconómico, la guerra costó en España una pérdida neta de población de 215.000 a 375.000 habitantes,5 por causa directa de la violencia y las hambrunas de 1812, y que se añadió a la crisis arrastrada desde las epidemias de enfermedades y la hambruna de 1808, resultando en un balance de descenso demográfico de 560.000 a 885.000 personas,6 que afectó especialmente aCataluña, Extremadura y Andalucía. A la alteración social y la destrucción de infraestructuras, industria y agricultura se sumó la bancarrota del Estado y la pérdida de una parte importante del patrimonio cultural.
A la devastación humana y material se sumó la debilidad internacional del país, privado de su poderío naval y excluido de los grandes temas tratados en el Congreso de Viena, donde se dibujó el posterior panorama geopolítico de Europa. Al otro lado del Atlántico, laAmérica Española obtendría su independencia tras la Guerra de Independencia Hispanoamericana. En el plano político interno, el conflicto fraguó la identidad nacional española y abrió las puertas al constitucionalismo, concretado en las primeras constituciones del país, el Estatuto bonapartista de Bayona y la Constitución de Cádiz. Sin embargo, también dio inicio a una una era de luchas civiles entre los partidarios del absolutismo y los del Liberalismo, que se extenderían a todo el siglo XIX y que marcarían el devenir del país.
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